Instalaciones de tráfico de navegación aérea reciben el impacto de hasta 6 rayos al año
Las tormentas eléctricas son especialmente peligrosas para aquellas instalaciones que dependen de sistemas eléctricos para su correcto funcionamiento. Este es el caso de la instalación emisora-receptora del tráfico aéreo de AENA de Girona que ha sido protegida con un pararrayos Nimbus.
Las tormentas eléctricas son especialmente peligrosas para aquellas instalaciones que dependen de manera crítica de sistemas eléctricos para su correcto funcionamiento. Este es el caso de las instalaciones emisoras-receptoras del tráfico aéreo de AENA, que tienen como función la recepción y transmisión de información del espacio aéreo. Estos datos se transmiten a ENAIRE, la Red de Datos de Navegación Aérea de AENA que suministra los servicios del tránsito aéreo en el espacio español, para una gestión eficaz y segura del espacio aéreo.
Este tipo de instalaciones se componen por altas estructuras expuestas a la intemperie en terrenos aislados. Su propia ubicación y características las hace altamente susceptibles a los impactos directos de rayo, llegándose en algunos casos a contabilizarse más de 6 impactos de rayos al año. Por ello, la necesidad de continuidad de servicio como asimismo el valor de la criticidad de la información que transmiten, aunada a las propias características de este tipo de instalaciones requiere extremar la seguridad de la misma en materia de protección contra el rayo.
Como referencia, la instalación de Girona, consta de 3 torres receptoras de más de 18m de altura. La instalación realizada por Torrente Tecno Industrial está protegida eficazmente con un pararrayos Nimbus® 30 de Cirprotec, el cual destaca por sus máximas prestaciones y robustez (tecnología PDC con dispositivo electrónico de avance de cebado que proporciona un radio de protección de más de 75 m, pruebas de capacidad de soportar descargas de 200kA, acero INOX AISI 316, ...).
Muestra de esta eficacia son los más de 20 rayos caídos en la propia instalación, de 5 a 6 impactos al año, sin haber causado ninguna consecuencia en la continuidad de servicio de la torre y manteniéndose en perfectas condiciones para seguir protegiendo.
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